miércoles, 29 de abril de 2015

Sevilla y sus Glorias

   
        Sevilla es la urbe en la que el tiempo se precipita. Sumidos aún en la nostalgia que nos invadió tras el adios a una esplendorosa Semana de Pasión, entramos en el período letífico en que las Hermandades de Gloria serán las encargadas de transmitir su mensaje de gozo, que es su razón de ser.

En unas horas, las naves de la Catedral de Sevilla serán privilagiados testigos de las palabras con las que el joven pregonero Álvaro Carmona López exaltará a las Glorias de Sevilla, palabras que serán acompañadas por las marchas "Bajo Tu Amparo", de Rubén Jordán, y " Glorias de Sevilla", de Manuel Marvizón.

Hermosas palabras en verso, con pasajes íntimos y que, a buen seguro, tratarán de transmitir la situación en la que se encuentran muchas de estas corporaciones, para las que resulta difícil subsistir al no contar con una amplia nómina de hermanos. Son muchas las voces que se alzan reclamando el apoyo de las instituciones para estas Hermandades, algunas de las cuales veneran imágenes con siglos de antigüedad. Esencia de la que probablemente también bebieron las actuales Hermandades de penitencia.

Las Glorias arrancarán este domingo con la procesión de San José Obrero y finalizarán con la salida de Nuestra Señora del Rocío de la Parroquia del Salvador, conocida cariñosamente como la "Lotera" por procesionar el día en que se celebra el sorteo de la Lotería de Navidad.


Pepe Cruz

Fotografía: cartel de las Glorias 2015 de Jonathan Sánchez

@desemanasantabl


sábado, 25 de abril de 2015

Renace Eritaña


El pasado Miércoles Santo, Sevilla volvió a sentir la esencia de la música procesional que antaño instaurase la Agrupación Musical de la Comandancia de la Guardia Civil de Eritaña.
Sones clásicos los que abrieron el cortejo de la Hermandad de La Lanzada, pionera en nuestra ciudad en apostar para la Semana Santa por la formación que estética y musicalmente más recuerda a la extinta Agrupación de Eritaña.
Nos referimos a la Agrupación Musical Veterana, la cual, a pesar de su reciente creación (el próximo 7 de mayo cumplirá su segundo aniversario), cuenta ya con una amplia trayectoria en lo que se refiere a actuaciones. 
Muestra de su gran trabajo, recientemente ha firmado dos nuevos contratos: con la Hermandad de gloria de Nuestra Señora de Araceli, de Sevilla, para la que llevará a cabo su Bando anunciador, y con la Hermandad de la Santa Cruz de la Victoria de Cristo, de Paterna del Campo.
A eso de las cinco y media de la tarde del Miércoles Santo quedaba formada ante la puerta de la Iglesia de San Martín a los sones del "Himno de la Guardia Civil", momentos antes de que el cortejo comenzara su estación de penitencia.

De esa forma quedaba escrita la primera página de la que, a buen seguro, será una fructífera historia en la Semana de Pasión hispalense. Además, en la Semana Santa que se nos acaba de ir acompañó el Domingo de Ramos a la Hermandad de la Entrada Triunfal en Jerusalén, de Cartaya, el Jueves Santo a la Hermandad de la Sagrada Cena, de Dos Hermanas, el Viernes Santo a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Marchena, y a la Hermandad de la Vera-Cruz de Setenil de las Bodegas el Domingo de Resurrección. 
Juventud no reñida con experiencia caracterizan a "La Veterana", un soplo de aire fresco con sones de otra época para una situación actual de la música procesional en la que se tiende cada vez más al clasicismo, lo que en agrupación musical se conoce como el estilo de la Guardia Civil de Eritaña.
Sevilla la ha visto nacer, de Santa Ángela de la Cruz recibió la bendición un Domingo de Ramos y en La Lanzada tomó la alternativa una tarde de Miércoles Santo. Es el renacer de Eritaña.


Pepe Cruz
@desemanasantabl

lunes, 20 de abril de 2015

Una Madrugá para el recuerdo...o para el olvido

          21 de abril del año 2000, Madrugá. Un día...una noche que se hizo con un hueco en la historia de la Semana Santa de Sevilla.

Infausta noche que desgraciadamente ha aparecido en casi tantos titulares y portadas de prensa como aquella en la que las dos Esperanzas se encontraron bajo las naves catedralicias gracias, por una vez, a las inclemencias meteorológicas.

Quince años han transcurrido desde que el caos y el miedo sobrecogieran más que la emoción intrínseca de una noche digna del mejor guión cinematográfico.

¿Qué ocurrió realmente aquella noche? Seguimos sin tener una explicación. Ni el tiempo ni los responsables que se presupone que deben darla revelado la causa de lo sucedido. Vivimos en una ciudad de leyenda, de misterio y, como tal, sigue sin desvelarse el enigma que provocó el terror esa Madrugá, con cortejos penitenciales descompuestos, nazarenos y espectadores refugiados bajo algún paso, sillas por los aires en Campana...

Camianaba (yo) por Tetuán hacia la Plaza del Salvador para ver el discurrir de la Hermandad de la Macarena, cuando de repente, y sin saber por qué, comencé a correr... al igual que la avalancha de personas que se dirigía hacia mi posición. Tras una parada, otro arreón.
"¡Un loco con un cuchillo!" Más adelante: "Un tío ha sacado una pistola y se ha puesto a pegar tiros". Otros testimonios in situ: " Yo vengo corriendo desde San Vicente porque ha habido una explosión". Incluso una versión que comparaba lo vivido con una partida de rol inspirada en el film "Nadie conoce a nadie". 
Demasiadas teorías sobre lo que pudo ser el detonante de los sucesos que provocaron el miedo de los que, como desde hace siglos, se encontraban en la calle para rezarle a sus devociones. En mi caso, más allá del miedo y la incertidumbre, provocaron que fuese la última vez que pisara la calle como espectador de la Madrugá, una pena. Desde entonces lo hago de nazareno...algo que tampoco garantiza mantener la integridad física.

El problema no radica en que aquello no haya quedado esclarecido. Está en que la Madrugá que se nos acaba de ir nuevamente hemos sido testigos de sucesos similares. Se ve que hay una nueva hornada de "kofrades" que aprovecha esa mágica noche para hacer del centro su patio de recreo.
Muchos reeclaman más control policial en determinados enclaves de la ciudad. No es normal que se lleven a cabo botellonas en calles que son paso de cofradías. 
Otros reclaman una mayor implicación por parte de la Iglesia en tanto en cuanto a la educación de los jóvenes, futuro no ya de nuestra Semana Santa, futuro de nuestros días.

¿Qué les espera a las próximas generaciones si vivimos en unos tiempos en los que nada se respeta, en los que estamos faltos de valores?
Para hacérselo mirar.


Pepe Cruz
@desemanasantabl 

viernes, 17 de abril de 2015

A un Barrio penitente...

       
       Ya bajan por Afán de Ribera filas interminables de nazarenos de capa blanca. Un reguero de antifaces color burdeos que esconden almas anónimas, motores que cada día dan vida a calles y comercios y, por supuesto, a su Hermandad, toma una de las arterias principales del Cerro del Águila.

Es Martes Santo en Sevilla. La cofradía de El Cerro y, por supuesto, su barrio se echan a la calle camino de la Santa Iglesia Catedral para acompañar a sus venerados titulares: el Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono y Nuestra Señora de los Dolores, a los que en un futuro próximo se unirá, si Él lo quiere, la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad.

Un extenso recorrido de más de catorce horas les separa del que es el fin principal para toda cofradía, que no es otro que hacer estación de penitencia al templo catedralicio. 
Hermandad puramente de barrio, con todas sus connotaciones. Excelsa muestra de que alegría y fervor desmedido no están reñidos con la seriedad propia de las cofradías de ruan y esparto. Contrastes de nuestra Semana Santa en una misma corporación.


Tras una larga jornada, pasada la medianoche, con la luna asomada a su balcón de forja para ver lo que al principio del día era un sueño, la cofradía vuelve a casa tras derrochar la Esperanza de un Barrio por la ciudad más hermosa del mundo, como diría aquél, sumida en el más profundo sentido penitencial, de la misma forma que ocurría cuando a las 11:45 de la mañana se abrían las puertas del templo ubicado en la calle Nuestra Señora de los Dolores y atravesaba su cancel la Cruz que guía los corazones del Cerro.

Así procesiona una hermandad de barrio, ejemplo de seriedad y buen hacer. Así vive su Martes Santo el Cerro del Águila, que acompaña en el Dolor a su Madre y reza porque Su Hijo nunca los abandone.


Pepe Cruz
@desemanasantabl

Fotografías: José Manuel Morán

sábado, 11 de abril de 2015

De vuelta a San Román

     
        La noche de ayer fue testigo del ya tradicional traslado de los titulares de la Hermandad de La Exaltación desde la Iglesia de Los Terceros, sede provisional para realizar su estación de penitencia, hasta la Parroquia de San Román, donde radican durante todo el año y son expuestos al culto.
Un traslado de corta duración, pues son escasos metros los que separan a ambos templos, pero lleno de recogimiento y nostalgia, por esa tarde de Jueves que ya dejamos atrás hace una semana y que no volveremos a vivir, si Dios quiere, hasta el año que viene.

        Más de una década nos separa desde que la corporación del Jueves Santo tuvo que abandonar Santa Catalina por el mal estado en el que se encontraba. Desde entonces, los miembros de la Hermandad y diferentes plataformas se han movilizado para reclamar la restauración y recuperación de una de las consideradas joyas del Arte Mudéjar.
Tras varios años en el olvido, las obras se encuentran en marcha, aunque no se espera que pueda ser abierta al culto de nuevo hasta la segunda mitad del próximo 2016, con lo que el Señor de la Exaltación y la Santísima Virgen de Las Lágrimas volverán a procesionar desde la Iglesia sita en la calle Sol el próximo Jueves Santo.

        Un exilio que dura ya demasiado y que nos recuerda a otros vividos recientemente; algunos de corta duración, otros más prolongados e incluso alguno definitivo, precisamente con la Parroquia de San Román como protagonista, sede que fue de la Hermandad de Los Gitanos, y cuyas obras la obligaron a hacer su estación de penitencia desde la Iglesia de Santiago y desde Santa Catalina, antes de establecerse de forma definitiva en el Santuario del Señor de la Salud y María Santísima de las Angustias.

Santa Marta en San Martín; La Hiniesta en Santa Marina; Las Penas de San Vicente en San Isidoro; Las Siete Palabras en la Iglesia de las Misericordias; Las Aguas en Los Terceros; Jesús Despojado en San Gil; San Esteban en San Ildefonso; San Roque en Santiago; o El Amor en la Anunciación y Pasión en San Hermenegildo (caída en el olvido también desde aquel Jueves Santo), son algunos de los cambios de sede más recientes. 

        Lo único positivo que puede sacarse de ellos es una colección de instantáneas que pasarán a la historia por retratarse en rincones no habituales para dichas hermandades. Pero principalmente debería provocar la reflexión de las instituciones y plantearse una revisión continua de construcciones que forman parte del patrimonio sevillano y cuya buena conservación no solo agradecen los cofrades, sino también los amantes del arte arquitectónico. 



Pepe Cruz

miércoles, 8 de abril de 2015

Resucitó

        Ya lo advertía don Antonio Burgos en uno de sus geniales recuadros días antes  que los primeros nazarenos tomaran nuestras calles. En él nos invitaba a vivir con intensidad los últimos capítulos  de la Cuaresma, porque a su fin comenzaría a invadirnos la nostalgia. Y así nos encontramos.

Nazarenos con túnica y capa blancas abrieron la Semana de Pasión en el Porvenir...y nazarenos con túnica y capa blancas la cerraban en Santa Marina el Domingo de Resurrección en el que cobraba sentido todo lo vivido durante estas intensas jornadas.

Semana Santa soñada la que hemos podido disfrutar, con el Sol como principal aliado de nuestras cofradías en su transitar por las calles de Sevilla, pero también como azote para los penitentes, costaleros, músicos y público en general por las altas temperaturas registradas, que provocaron escenarios desoladores a primeras horas de la tarde en algunos puntos de la carrera oficial, desvanecimientos y lipotimias que dieron más trabajo de lo esperado a los servicios sanitarios.

Un escenario perfecto de cielo azul y aroma de azahar con el que se realzaba el estilismo y la belleza de las cofradías, empañado por los retrasos registrados, que siguen evidenciando que los horarios e itinerarios merecen una revisión y reordenamiento. Mucho trabajo, pero sobre todo implicación, para los responsables de cada jornada.

Desgraciadamente, la Semana Santa que se nos acaba de ir también será recordada por los sucesos de la Madrugá, que recordaron a los del año 2000. 
Qué lástima que la noche más bella y mágica del año, en la que se realzan los contrastes de nuestra Semana de Pasión, la aprovechen algunos indeseables para provocar el caos entre los fieles que acuden a profesar su fe a las imágenes. Muy triste que cobren protagonismo en la noche en la que Dios, con su andar humilde pero poderoso, sale desde San Lorenzo al encuentro de los miles de sevillanos y visitantes que abarrotan nuestras calles para rezarle con una "simple" mirada.

Sin embargo, la Semana Santa de 2015 pasará a la historia por un nuevo pleno de cofradías en nuestras calles, a diferencia del pasado año en el que la lluvia impidió que la marcha "Amargura" fuese el tradicional epílogo en la calle San Luis para la Virgen de la Aurora de la Resurrección.

Ese momento marca el inicio del tiempo de espera para una nueva Semana Santa que, Dios mediante, alzará su telón el próximo 20 de marzo. 


Pepe Cruz