Muchos la califican como la Noche mágica de nuestra ciudad. Una noche de contrastes, en la que reside la más pura esencia cofrade de una ciudad sabia, donde solo un suspiro marca la línea que separa la seriedad del ruan del Silencio, Gran Poder y Calvario, de la algarabía que desprenden las dos Esperanzas o Los Gitanos.
Una noche concebida para el piropo; que invita a la reflexión cuando camina ante nosotros Cristo con la cruz al hombro o clavado en ella, que eleva nuestras pulsaciones por encima de lo que el corazón podría soportar; una noche testigo de la conquista de Sevilla por Roma; que nos convierte en San Juan para consolar a la Santísima Virgen.
Excelsa noche sevillana, cuya belleza ha provocado un creciente fanatismo por algunas de las cofradías que realizan su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral y, con él, el aumento descontrolado de los cortejos penitenciales, con la consecuente problemática de los retrasos, colapsos y sensación de inseguridad en las calles. En definitiva, un problemón.
Se han sucedido las reuniones de los diferentes hermanos mayores y diputados mayores de gobierno de las seis hermandades con la cúpula del Consejo General de Hermandades y Cofradías, en las que se han presentado diferentes planes de actuación que acaben con esta situación.
La última se llevó a cabo el pasado miércoles, cuando se les propuso el denominado "Plan Nieto". Dicho plan conllevaría que El Calvario pasase a ocupar el segundo lugar en la nómina, por delante del Gran Poder, que ocuparía el tercero y La Macarena el cuarto.
Junto con estos cambios de posición, las cofradías verían alterados en parte sus itinerarios, a excepción de La Macarena, que lo conservaría.
Ni que decir tiene que el plan no ha causado entusiasmo en el seno de las diferentes corporaciones.
El problema radica en que parece no existir plan que pueda satisfacer a todos, y no se ve capacidad de consenso entre las partes implicadas. Solo se vislumbra egoísmo e intención de preservar únicamente sus intereses, sin comprender que es Sevilla la realmente perjudicada.
Salta a la vista que la supuesta predisposición de cada una de las hermandades en pos de alcanzar el acuerdo que extinga el problema es solo ojana, lo que me trae a la memoria una escena de una película en la que el presidente de los Estados Unidos le dice al primer ministro de Gran Bretaña: "Le daré todo lo que me pida, excepto aquello que no quiera darle". Pues eso, todos están abiertos a colaborar, siempre que el plan de actuación no impliquen cambios de itinerario o de puesto en la nómina de la Madrugá.
Ante ésto, solo cabe pensar en la imposición de la mano del Palacio Arzobispal de un plan que se acate sin opción a la negación, porque, al menos por ahora, se antoja harto difícil que se obre el milagro en la Calle San Gregorio y los responsables de las cofradías de la Madrugá den su brazo a torcer y devuelvan la cordura a la Noche mágica de Sevilla, en la que cada vez hay más público...y menos cofrades.
Pepe Cruz
@desemanasantabl